¡Ay, las navidades y las fiestas! Son fechas que nos dejan el corazón muy calentito, pero por desgracia, a la mayoría de los adultos también nos dejan bastante estresados. Las comidas familiares, las preparaciones, las compras, el agobio y la presión por llegar puntual a todo ¡todo afecta! De hecho, nos afecta tanto que la mayoría de nosotros preferimos no celebrarlas o quedarnos en casa. Sin embargo, estas navidades te proponemos algo diferente: celebrarlas sin estrés.
No te propondremos deseos de tener regalos caros, o de hacer viajes increíbles ¡qué va! Te pedimos que pases unas navidades tranquilas, en el más estricto sentido de la palabra.
Y para este punto seguro que ya estás preguntándote “¿Y eso cómo se logra?” ¡Sencillo! Nosotros vamos a ayudarte a preparar todo con mucha antelación para que sobrevivas al estrés de estas fechas como nunca.
Guía paso a paso para vivir unas navidades tranquilas.
- Planea tus compras con calma.
Vamos a empezar con algo que sabemos que suena sencillo, pero es un verdadero salvavidas: ¡organizar las compras! La clave está en que, antes de que llegue la fiebre navideña, pienses en qué vas a necesitar realmente.
Haz una lista realista y clara de los regalos, de los ingredientes y de esas cositas que siempre se te olvidan, como el papel de regalo o las luces de repuesto para el árbol. Si te lanzas a las tiendas con las ideas claras y todo bien pensado, ahorrarás tiempo y estrés ¡las listas serán tus grandes aliadas!
- ¿Decoración navideña? ¡Sí, pero sin volvernos locos!
Este año, simplifica. A veces, la idea de tener una casa decorada como en las revistas termina creando más presión que disfrute, ¡y no es necesario!
En lugar de llenar cada rincón de adornos, elige unos cuantos que realmente te gusten, coloca unas velas navideñas, unas guirnaldas sencillas y dale un toque elegante y acogedor. Recuerda que, aunque en internet veamos casas super decoradas, al final lo que cuenta es el ambiente.
- Cenas y comidas sin agobios.
Aquí llegamos a uno de los grandes protagonistas de las fiestas: ¡las comidas!
Sí, la comida es una parte fundamental de la Navidad, pero también es la causante de muchos quebraderos de cabeza. Para ahorrarte largas horas en la cocina y ganar tiempo para disfrutar de verdad, Catering de Lisi nos aconseja contratar un servicio de catering navideño; así, podrás tener una cena completa sin tener que poner un pie en la cocina.
Existen muchas opciones que te ofrecen menús deliciosos y que encajan en cualquier presupuesto. Solo imagina lo liberador que sería: recibir a la familia y amigos con todo preparado sin apenas esfuerzo: ¡Es la decisión perfecta para librarnos del estrés navideño!
- Regalos pensados y sin presión.
Los regalos son otro de los puntos críticos. La costumbre de querer impresionar a todos y de gastar demasiado acaba siendo agotadora. ¿Nuestra sugerencia? Opta por regalos que realmente signifiquen algo, aunque sean simples. Piensa en detalles personalizados, como una carta especial, una caja de recuerdos compartidos o un regalo hecho a mano. Lo importante es dar algo que transmita cariño, sin importar el precio ¡además, así evitarás esas compras impulsivas que te dejan en números rojos!
Otra idea es limitar el número de regalos, organizando un amigo invisible donde solo cada persona regale y reciba uno; ¡funciona y es muy divertido!
- Tómate un tiempo para ti, sí o sí.
Este consejo es oro puro: date tiempo para ti durante las fiestas.
Tómate esos momentos de relax, aunque solo sea un rato para darte una buena ducha caliente o ver tu serie favorita. Las fiestas suelen absorber todo nuestro tiempo entre compromisos familiares y sociales, pero no hay que olvidarse de desconectar un poco; un rato a solas cada día te ayuda a recuperar energía y a lidiar mejor con el ajetreo navideño.
- Revisa tus gastos y haz un presupuesto navideño.
Como ya sabemos, las navidades pueden convertirse en una temporada de gasto desmedido si no tenemos cuidado. Por eso, te recomendamos fijar un presupuesto antes de que empieces a comprar o a reservar cenas.
Haz una lista de los gastos que realmente son prioritarios y establece un tope; saber hasta dónde puedes llegar sin pasarte te evitará ese estrés de la cuesta de enero.
¡Recuerda que no necesitas mucho para disfrutar! Un presupuesto sensato será tu mejor amigo.
- Sabemos que es difícil, pero aprende a decir “no”.
La navidad también es sinónimo de invitaciones y compromisos, y aunque a todos nos gusta compartir, a veces es necesario poner ciertos límites. No tienes que aceptar todas las invitaciones o comprometerte a hacer todo lo que te pidan.
No es fácil, ya que estamos acostumbrados a querer cumplir con todo, pero decir «no» puede ser la clave para librarnos de una gran cantidad de estrés. Decide a qué eventos quieres asistir realmente y aprende a priorizar.
- Planifica un calendario de celebraciones sin sobresaltos.
Uno de los mayores causantes del estrés navideño es la presión de no saber bien a dónde ir o con quién estar cada día de las fiestas. La Navidad debería ser un tiempo de calidad con los tuyos, no una maratón. Así que, antes de que llegue el ajetreo, organiza con tiempo las fechas importantes.
Aclara con tus familiares y amigos cuándo se celebrarán las reuniones y, si es posible, intenta que cada uno se encargue de una tarea: desde la organización hasta la decoración. ¡La colaboración hará que todo fluya mejor!
- Relaja las expectativas.
Recuerda que no existe la Navidad perfecta, y que lo bonito de estas fiestas es disfrutar sin preocuparnos por cada detalle. Las redes sociales y las películas nos hacen pensar que todos tienen fiestas de película, pero lo más importante es el tiempo que compartes con tus seres queridos. Relájate y no te obsesiones con que todo salga perfecto, porque en la imperfección está la esencia.
- Regala experiencias en lugar de cosas.
Una excelente y original idea es regalar por experiencias en lugar de objetos materiales. Piensa en cuántas cosas acumulamos que al final apenas usamos, mientras que las experiencias nos llenan la memoria de momentos inolvidables.
Así que, en lugar de complicarte con regalos físicos, ¿qué tal regalar una cena especial, una clase de cocina o un pequeño viaje de fin de semana que puedas disfrutar con esa persona? Hay opciones para todos los presupuestos y tipos de relación, y te aseguro que recibir una experiencia es algo que todos recordarán con una sonrisa.
- Delega y comparte responsabilidades.
Para reducir la carga de organización (sobre todo si eres el anfitrión) el secreto consiste en saber delegar. Reparte tareas con los familiares y amigos que te acompañarán en estas fechas; asigna a alguien que se encargue de los aperitivos y otro del postre. Mientras, tú puedes preparar un par de platos o decorar ¡tú decides! También puedes pedir ayuda para organizar el salón o limpiar después de la cena. De esta forma, todos participan y contribuyen a que la celebración sea más ligera para ti.
Las navidades, al final, son un trabajo en equipo, y todos estarán encantados de ayudarte si lo pides.
- Crea tus propios rituales navideños.
A veces, la presión viene de intentar cumplir con las tradiciones familiares o sociales, que quizás ya no encajan con lo que tú o tus seres queridos necesitáis. ¡No tengas miedo de crear tus propias costumbres!
Puede llegar ser tan sencillo como hacer una noche de películas navideñas en pijama, organizar una cena temática diferente cada año e incluso dar un paseo nocturno por la ciudad para ver las luces. Los pequeños recuerdos que construyas de forma única y emocional serán aquellos que realmente hagan de esta Navidad algo especial y memorable para todos.
- Disfruta de los pequeños momentos sin prisas
Recuerda que, a pesar del bullicio navideño, esta época también está llena de pequeños momentos de paz que puedes disfrutar a tu propio ritmo. Tómate una mañana para sentarte a tomar un chocolate caliente o café, mirar fotos antiguas o simplemente escuchar una canción tranquila que te guste. La Navidad no tiene por qué ser solo fiesta; también es un momento para ralentizarse y apreciar esos instantes sencillos que normalmente pasan desapercibidos en medio de las actividades cotidianas.
- Por último, sé agradecido.
Esta temporada es una buena oportunidad para hacer un balance del año y dar las gracias por lo bueno que tienes en tu vida. En lugar de centrarte en las prisas, intenta conectar con los aspectos positivos de tu día a día y agradece esos momentos. A veces, simplemente dedicar unos minutos a pensar en lo que realmente valoramos ayuda a aliviar el estrés y a sentirnos más en paz.
Además, recuerda que hay muchas personas que no pueden si quiera celebrar la navidad, por motivos económicos, o porque estén solos en la vida. Es importante recordar que cada momento del presente es un regalo que otros pueden desear, y que probablemente echemos de menos algún día ¡no lo olvides!