La depresión es una enfermedad que se cura, pero tiene riesgo de persistencia de síntomas que pueden mantenerse activos después de la desaparición de la patología.
Aproximadamente el 85% de los episodios depresivos remiten con el tratamiento médico, pero el 40% no sufre ninguna recaída.
Según la Organización Mundial de la Salud la depresión afecta a más de 300 millones de personas en todo el planeta.
Para reconocer la depresión debes tener en cuenta los siguientes síntomas:
-Perder o ganar peso.
-Sentirse deprimido casi todos los días.
-Perder el interés por casi todas las actividades.
-Dificultad para dormir.
-Falta de autoestima.
-Falta de motivación.
-Sensación de fatiga.
-La persona con esta enfermedad se pasa demasiado tiempo en la cama.
«Vas caminando por tu vida y un buen día el suelo empieza a desmoronarse y todo lo que te sostenía y que sigue estando allí deja de hacerlo. Te vas hundiendo y aunque al principio tratas de luchar y agarrarte a algo, pronto te das cuenta de que cuanto más intentes escapar, más hondo te hundirás. Sufrir una depresión se parece a tener que caminar por unas vías de tren en medio de un páramo. No se ve el final, parecen no ir a ninguna parte», dice Ana Ribera, autora del libro ‘Los días iguales’, donde relata los dos años de sufrimiento que le provocó la depresión.
La psicóloga Ángela Rodríguez ha tenido la deferencia de explicarnos los tipos de depresión:
Depresión mayor
Los pacientes con depresión mayor sufren los siguientes síntomas: sentimiento de culpabilidad, aislamiento, pérdida completa de interés de las tareas que solía llevar a cabo, baja autoestima, pérdida de contacto social…
Distimia
También conocida como el trastorno depresivo persistente. Es frecuente que la distimia comience a manifestarse ya en la etapa adulta.
No suele ser tan grave como la depresión mayor, pero el estado de ánimo puede variar en pacientes con esta patología.
Trastorno bipolar
El trastorno bipolar, antes llamado depresión maníaca, presenta cambios extremos en el estado de ánimo. El
paciente pasa de sentirse eufórico a, de repente, caer en depresión.
Es frecuente que el trastorno bipolar comience a manifestarse durante o después de la adolescencia. Pero también hay casos que surgen después de los 40 años.
Depresión posparto
Se piensa que la caída de los niveles de hormonas (estrógeno y progesterona) que aumentaron durante el embarazo puede ser la responsable de esta enfermedad.
Aunque hay otros factores que influyen en la aparición de la depresión posparto, como el estrés o las exigencias del futuro cuidado del bebé.
Este trastorno puede empezar a manifestarse ya durante el embarazo, también conocido como depresión prenatal. Las madres con esta enfermedad sienten una profunda tristeza, ansiedad y fatiga.
Trastorno afectivo estacional (TAE)
Este tipo de depresión aparece solo durante una época del año, generalmente en los meses de otoño e invierno, aunque también hay pacientes que sufren esta patología solo en las estaciones más cálidas del año.
Se piensa que la causa exacta de esta enfermedad es la alteración de la serotonina, un neurotransmisor encargado de estabilizar el estado de ánimo.
Se puede combatir esta enfermedad con la ayuda de un personal médico adecuado, el apoyo de la familia y una serie de terapias.
Los expertos explican que con terapia y ejercicios de memoria se puede mitigar los efectos de esta enfermedad.
Además, de solicitar ayuda profesional, es importante realizar ejercicio para mejorar el estado de ánimo y aumentar la autoestima.
Es fundamental que las personas con esta enfermedad no beban alcohol ni consuman drogas. También es aconsejable seguir una dieta saludable, rica en frutas y verduras.
Puedes relajarte con las sesiones de Pilates, yoga o Mindlfulness. Desde
El Mundo explican «escoge una música, una serie o un libro que te guste y respeta las horas de sueño que deben ser entre 7 y 8: la renovación, reparación y limpieza del organismo la realiza el cuerpo durante el sueño, cuando está libre del proceso de la digestión».
Varios estudios han descubierto que la meditación aporta beneficios a las personas que sufren esta patología, porque relaja, mejora la autoestima,
fomenta la concentración, mejora el sueño, reduce los niveles de cortisol, incrementa la productividad, aporta energía, etc.
Se recomienda apuntarse a las clases de meditación con amigas o familiares. Es importante evitar el aislamiento, por lo que la persona con esta patología debe tratar de comunicarse con los demás y realizar actividades.
Para superar la depresión es aconsejable plantearse objetivos o aprender una nueva afición.
Esta enfermedad puede acortar la vida, ya que varios estudios han comprobado que la felicidad favorece la longevidad.