En una sociedad cada vez más competitiva, destacar por encima de todos los demás para conseguir trabajo, atención o una pareja se ha convertido en ley. Cada vez nos exigen más estudios, más profesionalidad, comportamientos más robotizados e inhumanos (no ponerse enfermo, no descansar…), y, por supuesto, cada vez son más los jefes y las posibles parejas sentimentales que buscan a su próximo trabajador o compañero de vida como si estuviesen buscándolo en una revista de modelaje.
La belleza (femenina y masculina) es, cada vez más, un negocio más rentable, y ser más guapo, más delgado, estar más fuerte… se está convirtiendo en un problema cada vez mayor en cierto tipo de personas que no saben cómo sobrellevarlo correctamente.
Una sociedad con cánones de belleza cada vez más exigentes
En una época pasada, no todo el mundo tenía acceso a maquillaje, a trajes bonitos o a esmóquines elegantes. Tenías lo que había, y no podías permitirte gastar ese dinero en ti mismo porque, seamos sinceros… no comías.
Es espantoso dirigirse a las estadísticas para ver cómo los trastornos alimenticios afectan cada vez más a los jóvenes. Cito textualmente: “Estudios recientes apuntan a una tasa de prevalencia de trastornos de la alimentación de un 4,1 – 4,5% entre los 12 y los 21 años, situándose la anorexia en torno al 0,3%, la bulimia en el 0,8% y el trastorno de la conducta alimentaria no especificado alrededor del 3,1% de la población femenina de esa edad (ACAB, 2021)”.
Resulta desalentados pensar que el 4% de los jóvenes ya empiezan a presentar estos trastornos tan perjudiciales para la salud.
Un mundo estéticamente estimulante
¿Has visto los anuncios televisivos? ¿Los carteles publicitarios? ¿Los modelos que salen en cualquier revista o cualquier medio mediático? Vivimos con unos estímulos muy llamativos donde todo lo que vemos, donde la mujer y el hombre que debemos aspirar a ser son guapísimos, delgados, fuertes y dignos de admiración.
¿Por qué digo “que debemos aspirar a ser”? Es muy simple: cuando una criatura nace y empieza a tener conciencia real del mundo que les rodea (es decir, empieza a poder percibir, transformar y asimilar estímulos), son totalmente moldeables. ¿Nunca has escuchado que los niños son esponjas: que absorben todo lo que ven a su alrededor?
Esto es totalmente cierto.
Cuando una personita es pequeña, es cuando más tenemos la oportunidad de asentarle las bases que queremos que tenga: paciencia, bondad, estudios, buenas costumbres… y esto sucede porque los niños tienden a imitar las conductas que le rodean.
Si tiene como referente a un hermano violento, es altamente probable que, si no se le reeduca y se le enseña correctamente, crezca haciendo y diciendo las mismas cosas que ha visto en su hermano.
Si crece con un padre que todas las noches se sienta a la chimenea con un libro en las manos, es muy probable que ese niño empiece a coger libros para imitar a su padre y, con el tiempo, se convierta en un lector como él.
Si una nena pequeña pasa sus primeros años recibiendo anuncios, viendo carteles y recibiendo visuales de modelos femeninas de talla imposible… la niña a querer aspirar a eso, porque es lo que ha crecido viendo como algo “normal”.
Lo que pretendo mostraros con todo esto es algo MUY simple: lo que los más pequeños vean, será lo que tendremos de ellos en el futuro.
Si les enseñamos erróneamente que las personas que nos rodean deben estar siempre pintadas, a la última y que son delgadas, y ellos tienen una talla normal, van a crecer viéndose gordos y van a intentar cualquier método para conseguirlo. De igual modo, si les criamos en un entorno violento, egoísta y agresivo, eso exactamente es lo que conseguiremos de nuestros hijos, pues van a crecer viendo cómo eso es lo genérico y normalizado en el entorno que les rodea.
Por esta razón, vamos a hacer un planteamiento muy sencillo: mira a tu alrededor. ¿Estás a gusto con lo que estás viendo? ¿Te sientes bien en el entorno? ¿Estás seguro de estar comportándote con tu hijo de la forma correcta? ¿Te sentirías bien si tu hijo creciese comportándose o haciendo las mismas cosas que tú?
Si la respuesta que obtienes es un “no”… te invito a que te replantees lo que estás haciendo y reeduques la educación de tu hijo, porque nunca es tarde para conseguirlo.
Vamos a plantearnos algo. ¿Qué son la anorexia y la bulimia?
Esto es algo que no todos saben percibir, pero que resulta imprescindible saber para poder ayudar a ese hijo, a ese hermano, a ese mejor amigo, a ese compañero de trabajo… que tiene un problema muy serio y al que podrías salvar la vida.
- Según una definición médica, la anorexia es “la anorexia nerviosa, a menudo simplemente denominada «anorexia», es un trastorno de la alimentación que se caracteriza por el peso corporal anormalmente bajo, el temor intenso a aumentar de peso y la percepción distorsionada del peso”.
- Según una definición médica, la bulimia es “un trastorno alimentario por el cual una persona tiene episodios regulares de comer una gran cantidad de alimento (atracones) durante los cuales siente una pérdida de control sobre la comida. La persona utiliza luego diversas formas, tales como vomitar o consumir laxantes (purgarse), para evitar el aumento de peso”.
Consecuencias de la anorexia y de la bulimia, más peligrosas de lo que crees
Estas enfermedades son más peligrosas de lo que crees… y, además, también son muy silenciosas, que es lo verdaderamente peligroso.
Las personas víctimas de estas enfermedades mentales (puesto que, en realidad, su enfermedad se basa en la percepción suya y personal sobre su peso) van a hacer todo lo humanamente posible para que tú no puedas descubrir su enfermedad. Por lo tanto, has de estar muy atento a lo que puede provocar en la salud. Porque, gracias a esas señales de alerta, podrás descubrir si alguien de nuestro entorno está sufriendo alguno de estos trastornos alimenticios.
- Consecuencias de la anorexia
- Evidentemente, al no comer como es debido e ingerir tan solo líquidos (lo que ocurre en la mayoría de los casos), el cuerpo se debilita y la persona se mostrará normalmente cansada y baja de ánimos. Eso ocurre porque la persona no reúne la cantidad de energía suficiente al día para poder hacerse cargo del gasto energético que conllevan todas las actividades diarias y, en consecuencia, está floja y agotada.
- En consecuencia, al no comer, sus músculos se debilitan y pierden grosor, porque estos no reciben los nutrientes y sustancias que necesitan para poder trabajar con efectividad.
- Por ello, se verán cada vez más y más delgadas (anormalmente delgadas), porque el cuerpo no recibe lo que necesita.
- Por esto, su frecuencia cardiaca y su presión arterial disminuyen, porque el músculo es más débil. Esto hace que puedan tener problemas de salud cardiopulmonares, que pueden ocasionar la muerte.
- Al no recibir nutrientes e hidratación necesarios, puede derivar en una deshidratación severa que puede derivar en un fallo renal.
- Al tener todo el organismo debilitado, además, puede ocasionarse osteoporosis, una peligrosa enfermedad donde músculos y huesos están anormalmente delgados y se rompen con facilidad.
- Pérdida de cabello, piel seca…
- … todo lo contrario: exceso de pelo por todo el cuerpo (lanugo), que es un intento que hace el cuerpo para conservar el calor, porque la extrema delgadez no es capaz de retener esos cambios.
- Consecuencias de la bulimia
- Los continuos vómitos forzados pueden derivar en irritación, inflamación… y posible rotura del esófago, que es el conducto que va a llevar al exterior el contenido del estómago (ácidos incluidos).
- En consecuencia, mal aliento y caries debido al constante contacto del fluido estomacal con la boca y todo lo que hay en ella.
- Movimientos intestinales irregulares y constipación crónica, debido a la continua ingesta de laxantes. Esto es así porque no es una sustancia común que el cuerpo deba ingerir, y daña todo el interior del cuerpo.
- Desbalance electrolítico que puede llevar a latidos cardíacos irregulares y posible falla cardíaca y muerte.
- Esto es causado por deshidratación y pérdida de potasio, sodio y cloro por parte del cuerpo por resultado de las purgaciones.
- Estos atracones y expulsiones forzadas y anormales pueden dañar el estómago hasta, literalmente, originar su rotura. Esto, por supuesto, deriva en que los ácidos y el contenido del estómago se esparza y dañe todo el interior de cuerpo y evoluciona en shock y, en casos mayores, la muerte de la persona afectada.
La importancia de acudir a tiempo a un profesional
El profesional Dr. José A. Hernández Hernández – Psiquiatra y Psicoterapeuta hace notar la importancia que tiene que estos trastornos alimenticios sean descubiertos y abordados desde que se inician. Nos comentan que estos trastornos tan severos requieren de tratamientos específicos y especializados para ayudar a la persona afectada a superar los problemas psicológicos que la afectan para, así, ayudarla a tener una correcta percepción sobre sí misma y poder eliminar el problema de raíz.
De hecho, descubrirlo desde primera hora puede ser la diferencia esencial entre que una persona salga adelante o se quede estancada en un problema que derive en la muerte.
Pide ayuda
Si necesitas hablar con alguien de tus problemas y no tienes a quién acudir, busca ayuda profesional. Ellos podrán ayudarte.
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