Siempre he pensado que una casa sin una buena cocina es como un coche sin motor: puede estar preciosa, pero algo en la casa no funciona. A todos nos gustan las cocinas por diferentes razones. Hay quienes simplemente las ven como el lugar donde se encuentra la comida, y está bien. Pero en mi caso, la cocina es mi espacio favorito, mi pequeño taller de experimentos culinarios. Me encanta cocinar, probar recetas nuevas y, por qué no, sorprender a mis seres queridos con platos diferentes. Por eso, cuando a finales de 2023 me tocó un buen pellizco en la Lotería de Navidad, no lo dudé: iba a montar la mejor cocina que pudiera imaginar.
Desde el primer momento tuve claro que no quería pasarme meses dando vueltas, eligiendo muebles, electrodomésticos y demás. Quiero cocinar, no convertirme en una experta en reformas. Por suerte, descubrí una empresa online llamada Modular Cocinas. Ellos se encargan de diseñar cocinas de alta calidad a medida, adaptadas a tus gustos y necesidades. Una vez diseñada, te la envían a casa con todo lo necesario. Me encantó la idea porque me ahorraba un montón de trabajo y dolores de cabeza. Así que me puse manos a la obra, y en poco tiempo tenía un proyecto que prometía ser espectacular.
El espacio perfecto
Lo primero que hice fue analizar el espacio disponible. Mi cocina original era funcional, pero pequeña y con una distribución que no me convencía. Decidí derribar una pared que separaba la cocina del comedor. Fue una decisión valiente porque implicaba una obra algo más grande, pero el resultado mereció la pena. Gané un espacio abierto y luminoso que me permitió integrar una isla central, algo que siempre había querido. La isla no solo es práctica para cocinar, sino que también se ha convertido en el lugar favorito para reuniones improvisadas y para que los niños hagan los deberes mientras preparo la cena.
Aproveché la ampliación para mejorar la distribución de los muebles y los electrodomésticos. Ahora tengo una cocina en forma de L. La nueva distribución hace que todo esté al alcance de mi mano, desde el fregadero hasta la vitrocerámica, y me permite moverme con mayor comodidad mientras cocino. Además, decidí incluir almacenamiento extra en la isla, con cajones amplios y un botellero integrado que es ideal para mantenerlo todo en orden.
Otra ventaja de este nuevo espacio abierto es que permite que entre mucha más luz natural, algo que transforma completamente el ambiente. Antes, la cocina era un lugar algo oscuro y encerrado, pero ahora es un espacio donde apetece estar, ya sea cocinando, charlando o simplemente disfrutando de un café por la mañana. Sin duda, la ampliación fue una de las mejores decisiones que tomé.
Los materiales
A la hora de elegir los materiales, opté por encimeras de cuarzo compacto. Son resistentes, fáciles de limpiar y tienen un acabado espectacular. Este material también soporta el calor y los arañazos, algo ideal para alguien como yo, que pasa mucho tiempo cocinando y necesita superficies que aguanten el trote diario. Para los muebles, me decanté por un estilo moderno con frentes en color blanco mate y tiradores integrados. Me encanta la sensación de limpieza y amplitud que da el blanco, pero también quise añadir un toque de calidez eligiendo madera natural para algunos detalles, como los estantes abiertos y la barra de la isla. Esta combinación de blanco y madera crea una armonía en la cocina que me encanta.
El suelo también era importante. Después de mirar varias opciones, elegí un porcelánico efecto madera. Es resistente al agua, fácil de mantener y da una sensación acogedora sin los inconvenientes de la madera real. Además, tiene un acabado antideslizante, algo fundamental para evitar accidentes, sobre todo cuando hay agua o aceite derramado. En cuanto a las paredes, aposté por un azulejo blanco tipo mármol con un acabado mate. Su diseño sutil le da un toque elegante sin ser demasiado recargado, y también es muy fácil de limpiar, lo que es un punto a favor cuando se trata de salpicaduras de salsas o aceites.
También quise que algunos detalles fueran personalizados, como un protector de pared en acero inoxidable justo detrás de la vitrocerámica. Todos estos materiales no solo son bonitos, sino también funcionales, lo que hace que la cocina no solo sea estética, sino también muy práctica para el día a día.
Los mejores electrodomésticos
En cuanto a los electrodomésticos, quise lo mejor de lo mejor. La vitrocerámica es de inducción, rápida y eficiente. Tiene cinco zonas de cocción y controles táctiles que hacen que cocinar sea un placer. Encima instalé una campana extractora de alta gama, con un diseño moderno que encaja perfectamente con el resto de la cocina. Es tan silenciosa que a veces ni me doy cuenta de que está funcionando.
El frigorífico y el congelador los elegí independientes. Qué gozada tener tanto espacio para almacenar comida. Además, tienen funciones avanzadas como regulación de humedad y temperatura para que frutas y verduras duren más tiempo frescas. El horno es otro capítulo aparte. Elegí uno con función de vapor porque soy una fanática del pan casero y los asados tiernos por dentro y crujientes por fuera. Y, por supuesto, no podía faltar un microondas integrado para cosas rápidas.
La iluminación
La iluminación es algo que a menudo se pasa por alto, pero hace toda la diferencia. En mi caso, combiné luces empotradas en el techo con tiras LED debajo de los muebles superiores. Esto me encanta porque crea un ambiente acogedor por la noche. Sobre la isla instalé tres lámparas colgantes de estilo industrial que le dan un toque moderno y elegante.
Además de estas opciones principales, también incorporé reguladores de intensidad en todas las luces para adaptarlas según el momento del día o el tipo de actividad. Por ejemplo, me gusta tener una luz suave mientras cenamos o cuando estoy relajada tomando un café en la barra de la isla. Para los estantes abiertos, coloqué pequeños puntos de luz que iluminan discretamente la vajilla y los adornos, añadiendo un toque casi artístico al espacio.
Otro detalle que me encantó fue instalar un foco ajustable sobre el fregadero. Es muy práctico, sobre todo en invierno cuando la luz natural es más escasa. También incluí luces LED en el interior de los cajones grandes. Ahora, encontrar cualquier cosa es mucho más sencillo, incluso si está todo apagado.
Los detalles que marcan la diferencia
Los pequeños detalles son los que realmente hacen que una cocina sea especial. Elegí un grifo extraíble con ducha, que es comodísimo para limpiar tanto los platos como el fregadero. Además, tiene un acabado en acero inoxidable que combina a la perfección con el fregadero y los electrodomésticos, unificando todo el espacio. Una cosa que me sorprendió fue lo práctico que resulta para llenar ollas grandes sin necesidad de moverlas mucho.
La vajilla y los utensilios también tuvieron su protagonismo. Opté por platos de cerámica en tonos neutros, pero también añadí algunos cuencos y bandejas en colores vivos, como mostaza y azul turquesa, para dar un toque de alegría. Los cubiertos los elegí minimalistas pero elegantes, con un diseño ergonómico que resulta comodísimo al usarlos. También quise incluir pequeños detalles como manteles individuales de lino natural y servilletas a juego que aportan un toque acogedor cuando tengo invitados.
También aproveché para renovar mis utensilios de cocina. Ahora tengo de todo: cuchillos de alta calidad que hacen que cortar sea un placer, cazuelas de acero inoxidable que distribuyen el calor de manera uniforme, y una olla de cocción lenta que ya es mí aliada para las cenas sin prisas. Pero mi adquisición favorita fue una máquina para hacer pasta casera. Desde que la tengo, no he vuelto a comprar pasta envasada. Es un gustazo preparar tagliatelle frescas con la receta de la abuela y ver cómo la masa se transforma en algo delicioso.
Por si fuera poco, también incorporé pequeños electrodomésticos que hacen el día a día mucho más fácil, como una batidora de vaso potente, un rallador eléctrico y una tostadora con función para bagels (mi nuevo desayuno favorito). Cada vez que entro en mi cocina, siento que estoy en un programa de televisión, lista para preparar cualquier cosa que se me ocurra.
La cocina de mis sueños
Ahora que todo está terminado, puedo decir que mi cocina es exactamente lo que siempre quise. Es funcional, cómoda y preciosa. Me encanta el espacio abierto, la iluminación y lo bien que combina todo.
Mi cocina se ha convertido en el corazón de mi casa. Cada vez que invito a amigos o familiares, terminamos aquí, charlando alrededor de la isla mientras preparo algo rico. Y yo, feliz de poder disfrutar de este espacio que es mucho más que una cocina: es mi refugio, mi estudio de creatividad y mi lugar de conexión con los demás.
Tal vez podría haber usado el dinero para otra cosa, pero cada cual tiene sus sueños y yo he cumplido el mío.